jueves, 22 de enero de 2009

En lo cotidiano...

Hay una idea muy extendida que es la de ver el conflicto como algo negativo
y, por tanto, algo a eludir. Esta idea probablemente esté basada en diversos
motivos:
- lo relacionamos con la forma en la que habitualmente hemos visto que
se suelen enfrentar o "resolver": la violencia, la anulación o destrucción de una
de las partes y no, una solución justa y mutuamente satisfactoria.
- todas las personas sabemos que enfrentar un conflicto significa “quemar”
muchas energías y tiempo, así como pasar un rato no excesivamente
agradable.
- la mayoría sentimos que NO hemos sido educados para enfrentar
los conflictos de una manera positiva y que, nos faltan herramientas y recursos.
- tenemos una gran resistencia al cambio. Aunque las cosas no estén bien
y lo veamos claro, muchas veces preferimos mantenerlas así antes que asumir
los riezgos que significa meternos en un proceso de transformacion.
Existe la tendencia a confundir y considerar sinónimos conflicto y violencia.
Así toda expresión de violencia se considera un conflicto, mientras que la
ausencia de violencia se considera una situación sin conflicto e incluso de paz.
Sin embargo,una situación se define como conflicto por su contenido y por sus causas.
La primera idea básica es que no toda disputa o divergencia implica un conflicto.
Se trata de las típicas situaciones de la vida cotidiana, en las que
aunque hay contraposición entre las partes, no hay intereses o necesidades
antagónicas. Solucionarlas tendrá que ver, casi siempre, con establecer niveles
de relación y canales de comunicación efectivos que nos permitan llegar a
consensos y compromisos.
Hablaremos de conflicto en aquellas situaciones de disputa o divergencia
en las que hay contraposición de intereses (tangibles), necesidades y/o valores
en pugna. A esa contraposición la vamos a definir como problema: la satisfacción
de las necesidades de una parte impide la satisfacción de las de la
otra.
En base a esta definición podemos diferenciar dos situaciones que se confunden
con los conflictos reales: los pseudoconflictos y los conflictos latentes.
En los pseudoconflictos, aunque puede llegar a haber tono de pelea, sin
embargo, lo que no hay es problema,aunque las partes asi lo crean.
Se trata casi siempre de malentendidos, desconfianza y mala comunicación.
La forma de enfrentarlo sera mejorando la confianza y la comunicacion, para que
las partes puedan descubrir que no hay problema, que ambas pueden satisfacer
sus necesidades o intereses.
En los conflictos latentes, normalmente no hay tono de pelea, ya que una
o ambas partes no perciben la contraposición de intereses/necesidades o valores,
o no son capaces de enfrentarlos (bien por falta de fuerza, de conciencia,...),
sin embargo, existen. Es muy habitual en la vida cotidiana encontrarnos
con que hay conflictos que no se abordan o ni se reconocen porque no han
explotado, porque no hay pelea o violencia. Eso hará que sigan creciendo hasta
explotar y llevará a que tomemos como costumbre enfrentar los conflictos en
su peor momento, cuando ya se han hecho tremendamente grandes, inmanejables
y han destruido relaciones,personas,etc.
El conflicto no es un momento puntual, es un proceso.Tiene su origen en
las necesidades (económicas, ideológicas, biológicas,...), sería la primera
fase. Cuando éstas están satisfechas, bien porque no chocan, o bien porque
hemos conseguido unas relaciones lo suficientemente cooperativas o sinérgicas,
no hay lo que hemos denominado problema.
Cuando las de una parte chocan con las de la otra, cuando las convertimos
en antagónicas, surge el problema, segunda fase. El no enfrentarlo o no resolverlo,
nos llevará a que comience la dinámica del conflicto. Se irán añadiendo
elementos: desconfianza, incomunicaciones, temores, malentendidos, etc. En
un momento dado, todo esto estallará en lo que llamamos la crisis, la tercera
fase, que suele tener una manifestación violenta y es lo que mucha gente identifica
como conflicto.
Es el momento en el que el conflicto se ha hecho más grande e inmanejable,
se nos viene encima y tenemos que darle respuesta inmediata.
Si seguimos esperando a que los conflictos lleguen a la fase de crisis para
empezar a solucionarlos será realmente difícil hacerlo. Así como el conflicto
es todo un proceso que puede llevar bastante tiempo, su resolución
también hay que verla como un proceso.
Hay cinco grandes actitudes ante el conflicto.
a) Competición (gano/pierdes): nos encontramos con una situación en la que
conseguir lo que yo quiero, hacer valer mis objetivos, mis metas, es lo más
importante, no importa que para ello tenga que pasar por encima de quien
sea. Ese perder,en ocasiones,se traduce no ya en que la
otra persona no consiga sus objetivos sino con la exclusión, la discriminación,
el menosprecio, etc.
b) La acomodación (pierdo/ganas): con tal de no confrontar a la otra
parte yo no me hago valer o ni planteo mis objetivos. Es un modelo tan extendido
o más que la competición a pesar de que creamos lo contrario. A menudo
confundimos el respeto, la buena educación, con no hacer valer nuestros derechos
porque eso pueda provocar tensión o malestar.
c) La evasión (pierdo/pierdes): ni los objetivos ni la relación salen bien
parados, no se consiguen ninguno de los dos. No enfrentamos los conflictos,
metemos "la cabeza debajo del ala", por miedo o por pensar que se resolverán
por sí solos. No obstante,los conflictos tienen su propia dinamica
y una vez iniciada no se para por sí sola.
d) La cooperación (gano/ganas): en este modelo conseguir los propios
objetivos es muy importante, pero la relación también.
Es un modelo en el que sólo sirven soluciones gano-ganas,
se trata de que todos ganemos. Cooperar no es acomodarse, no puede
ser renunciar a aquello que nos es fundamental. Sin ceder se puede llegar a
negociar, de hecho hay que aprender a NO ceder en lo fundamental. Otra cosa
diferente es que se puede ceder en lo que es menos importante.
e) La negociación: llegar a la cooperación plena es muy difícil, por ello
se plantea otro modelo en el que se trata de que ambas partes ganen en lo
fundamental, ya que no pueden llegar al 100%. Hay gente que cuando habla
de negociación, en realidad está pensando en una mera táctica del modelo de
la competición. Si una de las dos partes no se va con la sensación de que ha
ganado lo fundamental, no estamos en este modelo, sino en el de la competi
cion o en la acomodacion.
Las habilidades a trabajar serían las siguientes:
a) Crear grupo en un ambiente de aprecio y confianza:
Todas las personas tenemos dos necesidades humanas muy básicas: el sentimiento
de pertenencia a un grupo y el de identidad.
Cuando comprendemos que frente al conflicto no estamos solos y que la salida del mismo
depende de una busqueda compartida,estaremos mejor dispuestos a la resolucion.
b) Favorecer la comunicación:
Una buena comunicación es fundamental en el proceso de aprender a
resolver conflictos de forma noviolenta, ya que el diálogo es una de sus principales
herramientas.
Por un lado tenemos el canal verbal. Es importante observar cómo,
la transmisión del mensaje, sin embargo, puede crear
muchas confusiones y malentendidos. Aprender a establecer un código común,
no dando nada por supuesto, sino verificando que realmente nos estamos
entendiendo y hablamos de lo mismo y/o entendemos de la misma forma las
palabras que estamos manejando.
A pesar de la importancia de la comunicación verbal, no hay que olvidarnos
de los canales no verbales y de cómo la comunicación no sólo tiene el
aspecto de la información (el mensaje), sino también el aspecto relacional que
hace que un mismo mensaje se pueda interpretar de formas muy distintas. Son
canales que nos van a permitir mejor transmitir emociones, sentimientos,...
que muy habitualmente están detrás de las posiciones o posturas que tomamos
en muchos conflictos.
También será muy importante trabajar la escucha activa. Se trata no sólo
de escuchar sino hacer sentir a la otra persona que me importa lo que dice,
que es escuchada.
c) Toma de decisiones por consenso:
Todo lo dicho anteriormente hay que ponerlo en práctica aprendiendo a
tomar decisiones de forma igualitaria, participativa y aprender a tomar decisiones
en las que se haya tenido la oportunidad de expresarse y sentir
que su opinión ha sido tomada en cuenta en la decisión final.
d) Trabajar la cooperación: establecer un tipo de relaciones cooperativas
que nos enseñen a enfrentar los conflictos entre las partes, desde el descubrimiento
de todas las percepciones y utilizando la fuerza de todos
en el objetivo común, descubrir los valores de la otra parte, que la veamos como alguien con
quien puedo colaborar, con quien puedo aprender y enseñar, y no como un
enemigo a eliminar porque piensa o es diferente a mi y puede llegar a convertirse
en un obstáculo para mis fines.
Separar persona-proceso-problema:
Lo primero a realizar será el de aprender, tanto a la hora de analizar
conflictos como a la hora de intervenir en ellos, a separar y tratar de
manera diferente los tres aspectos presentes en todo conflicto:
-las personas involucradas
-el proceso (la forma de abordarlo)
-el problema/s (necesidades o intereses antagonicos)
Normalmente no separamos estos tres aspectos, siendo duros o blandos con
todos ellos según que la actitud ante los conflictos sea la competición o la
sumisión, respectivamente.
Personalizamos los conflictos atacando a la persona más que al problema
que ambas tenemos, lo cual nos lleva a una escalada de ataques personales,
en la que a veces hasta se olvida y deja de lado el problema que originó el conflicto,
centrando todas las energías y tiempo en atacar a la otra parte en lugar
de en resolver el problema. Siempre es la otra persona la que tiene el problema
y de ahí sólo hay un paso a considerar que no es que la otra persona tenga
el problema, sino que ella es el problema.
Por esto es necesario enfrentar estos puntos de este modo:
1. Personas:
Se trata de aprender a verlas como partes con las que tenemos un problema
y con quienes podemos colaborar para resolverlo. En esto hay que ver
fundamentalmente:
• Las percepciones:
En todo conflicto hay tantas percepciones o puntos de vista como personas
hay involucradas.Tenemos que conseguir que las partes aprendan tanto a
expresar su percepción como a escuchar e interesarse por conocer la de la
otra parte.
• Reconocer las emociones intensas:
Cuando estalla un conflicto afloran muchas emociones y sentimientos.
Aprender a reconocerlas y aceptar que estamos enojados será muy importante.
Será importante reconocer y plantearse que hasta que no
se supere el enojo no es buen momento para enfrentar el conflicto.
• La imagen:
En todo conflicto está en entredicho la imagen, el prestigio, de las personas
que están contendiendo.Las partes deben sentir que su imagen
sale “airosa”.
• El poder:
En toda relación humana hay desequilibrios de poder. En los conflictos
también están presentes esos desequilibrios y para poder resolverlo hay que,
previamente, reequilibrar el poder. Para ello hay que enseñar a tomar poder a
quien está abajo (apoderamiento) y aprender a quitar poder de quien está
arriba (desobediencia).
Por un lado, se trata de trabajar la confianza en sí mismo, la autoestima,
la asertividad (capacidad de afirmar nuestras propias ideas y posiciones) y
sobre todo el apoderamiento, entendido como el proceso por el cual descubrimos
nuestras bases de poder e influencia. No se podrá hacer valer derechos
o necesidades en un conflicto si no se sabe reequilibrar el poder.
2. El Proceso:
Se trata de aprender a establecer procesos, formas de abordar los conflictos
que permitan expresarse a ambas partes y encontrar soluciones que
ambas puedan aceptar.
En este sentido será importante aprender a:
a) Controlar las dinámicas destructivas de la comunicación: acusaciones,
insultos, generalizaciones, sacar el pasado a relucir, hablar por
otros. Hablemos en primera persona, manifestando
nuestros sentimientos, dando información precisa de qué es lo que
nos ha afectado, cómo y por qué. Esto que parece fácil no lo es e implica un
proceso de aprendizaje.
b) Analizar los procesos seguidos hasta ese momento, para aprender
tanto de los aciertos como de los errores. En definitiva, con-
textualizar el conflicto tanto en su pasado como en su presente nos dará
mucha información para poder intervenir en él.
c) Establecer procesos de consenso que permitan a todas las partes
expresarse, sacar sus necesidades y satisfacerlas. Consensuar reglas de
cómo abordaremos los conflictos: qué haremos, qué no haremos. Plantear
unas normas de cómo vamos a enfrentar los conflictos es fundamental.
3. El problema/s:
Deberemos aprender a diferenciar posiciones, de los intereses o necesidades.
Las posturas o posiciones son nuestra solucion para el problema.
Sin embargo, las necesidades o intereses son la raiz del conflicto.
Pasar de la típica negociación basada en posturas, a la
negociación basada en necesidades. Esto abrirá el campo de soluciones, ya que
partiendo de las posturas estaremos cerrados a sólo dos, la preferida por cada
lado, que además, normalmente, son las más antagónicas, las que no tienen
nada en común. Desde las necesidades, el abanico de soluciones es más
amplio, estaremos yendo al meollo del conflicto y podremos encontrarnos con
necesidades o intereses comunes además de las antagónicas. Esos intereses o
necesidades comunes pueden ser ya una base de acuerdo y de optimismo en la
búsqueda de soluciones.
El objetivo final es llegar a saber cuál es el problema o problemas que
están en el centro del conflicto y que, por tanto, hay que solucionar.
Buscar soluciones:
Aca el tema más importante es desarrollar procesos
que fomenten la creatividad y la imaginación a la hora de buscar soluciones,
y que éstas consigan satisfacer las necesidades o intereses de ambas
partes. Para ello son importantes dos cosas: una, mirar antes que nada todos
los recursos que están a nuestra alcance, lo cual puede ampliar las soluciones
y, por otro lado, separar la fase de generar soluciones de la de llegar a un
acuerdo.
En la fase de generar soluciones no hay lugar para discutir ni para
poner límites. Se trata de idear cuántas más cosas mejor, incluso por locas
que parezcan. Una idea loca e irrealizable puede sugerir una idea brillante y
posible.
En la fase del acuerdo sí habrá que hacer un esfuerzo para sintetizar las
propuestas que hayan salido, para concretarlas, para ver cuáles son posibles y
de qué manera y para llegar finalmente a aquellas que satisfagan a ambas
partes. En esta fase hay que llegar a acuerdos concretos, con responsabilidades
concretas y formas de verificarlos.
Metodologia.
- tener en cuenta no sólo el aspecto racional sino también el emocional; los
sentimientos, que tantas veces en el conflicto, son los que tienen más importancia
a la hora de marcar una percepción y una postura.
- permitir el "alejarnos" a una cierta distancia, que nos facilite ver las diferentes
percepciones con menos apasionamiento.
- ponernos en el lugar de las otras personas y de las otras percepciones del
conflicto, para comprenderlas y tener una idea más completa del conflicto.
- ayudarnos a analizar los conflictos, más allá de su apariencia exterior.
Analizar sus causas y raíces más profundas, descubriendo las necesidades/intereses
insatisfechas que están en su origen.
- permitirnos, en una especie de pequeño laboratorio, ensayar soluciones y
aprovechar al máximo las potencialidades a la hora de analizar y buscar soluciones.
Desarrollar la imaginación y romper el bloqueo típico de limitarnos a
pensar que hay una única solución con una metodología participativa,cooperativa socioafectiva,
que fomente la reflexión y el espíritu crítico.
La Mediacion.
La mediación es una herramienta para aquellos casos en los que las
partes han agotado ya las posibilidades de resolverlos por sí mismos, o en los
que la situación de violencia o de incomunicación impiden que puedan hacerlo.
En esos casos pueden pedir la intervención de una tercera persona o personas
que les ayuden a construir un proceso justo, restableciendo la comunicación
y creando el espacio y clima adecuados para que puedan hacerle frente
y resolverlo. Esta persona es a la que llamamos mediadora.
La persona que realiza la mediación se preocupa fundamentalmente
del proceso y de la relación, ya que el contenido y el acuerdo es cosa
de las partes, quedando para quien media solo el papel de que sea claro
concreto y bien entendido por anbas partes.
Proceso de la mediación:
Para comenzar con la mediación hay que concretar al menos 3 cosas:
1.- Aceptación: ambas partes
tienen que aceptar tanto la mediación como forma de abordar su
conflicto, como a la persona o personas que les ayudarán.
Por parte de quien media, aprender a escuchar y a desarrollar la confianza y
la empatía necesaria para lograr ser aceptada por las partes.
2.- Recopilar información: quien va a mediar recabará información
sobre el conflicto y las personas involucradas, identificando una lista de pun-
tos a tratar por las partes y diseñando una primera estrategia sobre la forma
de abordarlos que se presentará a las partes para su aceptación.
3.- Establecer y aceptar las reglas del proceso: la persona que media
tiene que encargarse en esta fase de que queden muy claras y sean aceptadas
las reglas del proceso:
• Definirá cuál es su papel y que es lo que las partes pueden esperar o
no de ella: no tomar partido, no dar la razón, no dar soluciones, confidencialidad,
velar por la claridad del acuerdo,...
• Definirá qué se puede hacer y qué no durante el proceso: escucharse,
no agredirse, respetar los turnos de palabra,...
• Se acordará dónde, cuándo y cómo se desarrollará el proceso: quien
media tiene que conseguir y garantizar un ambiente agradable que dé
confianza y seguridad a las partes.

Material del Seminario de Educacion para la paz.
Autor Paco Cascon Soriano.
(Sintesis Mabel Abogadro)

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